4 Pero el Rey de reyes excitó la cólera de Antíoco contra aquel
malvado; Lisias demostró al rey que aquel hombre era el causante de todos
los males, y Antíoco ordenó conducirle a Berea y darle allí muerte, según
las costumbres del lugar.
5 Hay en aquel lugar una torre de cincuenta codos, llena de ceniza,
provista de un dispositivo giratorio, en pendiente por todos los lados hacia
la ceniza.
6 Al reo de robo sacríleg o al que ha perpetrado algún otro crimen
horrendo, lo suben allí y lo precipitan para su perdición.
7 Y sucedió que con tal suplicio murió aquel inicuo Menelao que ni
siquiera tuvo la suerte de encontrar la tierra que le recibiera.
8 Y muy justamente fue así, pues, después de haber cometido muchos
pecados contra el altar, cuyo fuego y ceniza eran sagrados, en la
ceniza
encontró la muerte.
9 Marchaba, pues, el rey embargado de bárbaros sentimientos,
dispuesto a mostrar a los judíos peores cosas que las sucedidas en tiempo de
su padre.
10 Al saberlo Judas mandó a la tropa que invocara al Señor día y
noche, para que también en esta ocasión, como en otras, viniera en ayuda de
los que estaban a punto de ser privados de la Ley, de la patria y del Templo
santo,
11 y no permitiera que aquel pueblo, que todavía hacía poco había
recobrado el ánimo, cayera en manos de gentiles de mala fama.
12 Una vez que todos juntos cumplieron la orden y suplicaron al
Señor misericordioso con lamentaciones y ayunos y postraciones durante
tres días seguidos, Judas les animó y les mandó que estuvieran preparados.
13 Después de reunirse en privado con los Ancianos, decidió que,
antes que el ejército del rey entrara en Judea y se hiciera dueño
de la
ciudad, salieran los suyos para resolver la situación con el auxilio de Dios.
14 Judas, dejando la decisión al Creador del mundo, animó a sus
hombres a combatir heroicamente hasta la muerte por la causa de las leyes,
el Templo, la ciudad, la patria y las instituciones; y acampó en las cercanías
de Modín.
15 Dio a los suyos como consigna «Victoria de Dios» y atacó de
noche con lo más escogido de los jóvenes la tienda del rey. Mató
en el
campamento a unos 2.000 hombres y los suyos hirieron al mayor de los
elefantes junto con su conductor;
16 llenaron finalmente el campamento de terror y confusión, y se
retiraron victoriosos